Qué me ha enseñado el poker

Durante cuatro años jugando al póquer online de manera regular, el propio juego me ha enseñado una serie de cosas que me gustaría compartir con vosotros.  Con este artículo pongo fin a una corta colaboración con PlanetPóquer, sin duda la mejor revista del sector, para tener algo más de tiempo que dedicar a otros menesteres no relacionados con el juego.

Esta es mi experiencia, puede que a ti, este bendito juego te enseñe otras tantas cosas pero si a alguno de vosotros le sirve, bienvenido sea el hecho de compartirla.

En primer lugar, cualquier persona puede ganar dinero jugando al póquer. Estas son las buenas noticias. No se necesitan dotes espectaculares, una mente prodigiosa, habilidades paranormales o cualquiera de las muchas tonterías que algunos insisten en vender. Tú puedes ser un ganador en esto del póquer.

No obstante, debes tener claro que el póquer es un juego donde los beneficios se obtienen a largo plazo. Y este largo plazo puede ser simplemente “largo” o “muy largo”. Se considera que para tener una estimación mínimamente seria de cómo lo estamos haciendo en un determinado nivel son necesarias cien mil manos. Por debajo de eso, la muestra simplemente no sirve para nada. Una muestra más aceptable, para saber si somos ganadores o no, sería de un millón de manos en adelante.

Lo anterior hace que, por ejemplo, el póquer en vivo entrañe un peligro real y es que al jugar tan pocas manos (¿Cuántas manos se juegan en un torneo? ¿cien? ¿trescientas?) si las cosas nos van bien nos podemos creer dioses y si las cosas van mal nos podemos creer muy malos, sin que ninguna de las dos cosas sea cierta.

La única verdad es que el trabajo de un jugador de póquer es tomar las decisiones que mayor EV o esperanza matemática tienen en cada momento. Si piensas en esos términos serás un ganador consistente. Te lo aseguro.

Por otro lado, el póquer exige dedicación y disciplina. Dedicación en el aspecto de que para llegar a ese largo plazo deberás jugar un tiempo mínimo, prácticamente a diario. A nivel “aficionado” yo le he venido dedicando unas dos horas al día. No tengo más tiempo pero, por debajo de eso, te aconsejaría que te tomes el póquer como algo totalmente recreativo o directamente no juegues al mismo.

En la misma línea, el póquer requiere disciplina y es que es necesaria una gran fuerza de voluntad (yo le llamaría directamente “fe”) para creer que estamos haciendo las cosas bien cuando he perdido 1.200€ en dos horas. Claro que esa “fe” se debe sustentar en  revisiones periódicas de nuestra base de datos y estudio periódico, no debe ser una fe ciega.

Asimismo, se requiere una disciplina draconiana a la hora de seguir las reglas económico-financieras del póquer. Jugar dentro de bankroll no sólo es muy importante sino que, si lo incumples, simplemente te arruinarás, da igual lo bueno que seas. Y no te engañes, esto puede suceder en tus inicios o cuando seas un jugador experto que decide probar en Nl5000 sin tener la banca suficiente. El jugador de póquer debe aprender a convivir con el riesgo de ruina.

Psicológicamente, el póquer es también muy complicado. El póquer te obliga a convivir con el fracaso. Obligatoriamente perderemos muchas manos, de manera “injusta”, aun siendo ganadores. El corto plazo es el reino de la suerte, del puro azar y debes ser lo suficientemente maduro como para aceptarlo  Quejarse de un badbeat, aparte de ser tremendamente aburrido y poco original, no es más que un síntoma de inmadurez. De la misma manera, ganar uno o dos torneos no indica absolutamente nada del nivel de un jugador.

Tampoco es fácil convivir con la varianza matemática. Jugar perfecto y perder veinte cajas de tu nivel puede parecer extraño al neófito pero es algo mucho más común de lo que algunos creen. No todo el mundo es capaz de aceptar esto. Sin duda, es mucho más sencillo jugar sin plantearnos lo bien o mal que lo estamos haciendo o ser resultadistas y sólo reflexionar cuando las cosas van mal.

El peligro está en utilizar la varianza para justificarlo todo. Hay gente que culpa a la varianza de todos sus males cuando en realidad su juego es desesperantemente malo. Yo he pasado por épocas así, autojustificando mi negligencia con una terrible miopía poqueril. En el caso de un jugador experto esto puede suponer muchos miles de manos estando even (sin ganar dinero). En el caso de un recién llegado esto supondrá su desaparición. Sé sincero y autocrítico.

Por último, el póker es el escenario ideal para aprender a pensar por ti mismo. Hay una cantidad ingente de excelentes materiales: libros, foros, escuelas, etc pero, si no eres capaz de entender lo que te están diciendo por ti mismo, cometerás muchísimos errores. Debes aspirar a tener un nivel de comprensión tal que te permita discutir cualquier libro u opinión de póquer.

Me gusta creer que el póker es una metáfora de la vida y que mis habilidades como jugador son aplicables a la partida más dura que tenemos por delante que no es otra que la de nuestra propia vida.

Nunca olvides que el póquer es sólo un juego y que, jamás debes anteponerlo a tus propias necesidades personales y vitales.

Artículo publicado en la revista Planet-Poquer Nº25 Enero 2010