Este artículo fue originalmente publicado en:
http://poquer-red.com/articulos/¿ponen-escandalos-peligro-al-poker-online-boltrok
* El artículo no puede ser reproducido sin autorización expresa de Simón, administrador de Poquer-red.
En 2007 pudimos lee la frase más temida por el mundo del póquer online. Un comunicado de Absolute Poker, una de las más boyantes salas de poker del momento, declaraba: “la integridad de nuestra sala de póquer ha sido comprometida”.
La historia se remonta a meses atrás cuando un grupo de jugadores de high stakes (mesas de apuestas muy altas por Internet) levantan la sospecha de que ciertos jugadores (el nick de POTRIPPER es el más sonado) en la sala Absolute Poker pueden ver las cartas de otros usuarios. Como demostración de su argumento aportan manos jugadas en la que el jugador sospechoso hace una serie de Calls (ve apuestas) por mucho dinero y sin ninguna lógica. Reduciendo las hipótesis (no puede ser ni una borrachera, ni una casualidad o suerte, ni Stu Ungar porque está muerto….) llegan a la conclusión de que el motivo sólo puede ser uno: POTRIPPER, de alguna manera, ve las cartas de sus rivales.
Desde el descubrimiento, y la pública denuncia en los foros de 2+2 y Pocket Fives, hasta el reconocimiento de AP de la existencia de un fallo de seguridad en sus sistemas transcurrieron varios meses de acusaciones, pesquisas, desmentidos, etc. Finalmente se confirmó que un antiguo Vicepresidente de operaciones de Absolute Poker (AJ Green) ayudado por Scott Tom (otro alto cargo con acceso a una cuenta de superusuario) habían estado haciendo trampas. Se hablaba incluso que las trampas podían ascender a siete millones de dólares en lugar de los setecientos mil denunciados. De hecho hay quien afirma que habían estado haciendo uso de sus especiales “habilidades lectoras” durante más de tres años sin ser descubiertos.
Personalmente viví esta situación de cerca porque tenía más de diez mil dólares en esa sala cuando sucedió todo y no quería perderlos por una huida en cadena de los jugadores de la sala (provocando una carencia de cash para poder hacer los reintegros y por lo tanto llevando a la quiebra a la sala por no poder atender las peticiones de cash-out).
La experiencia fue muy interesante por dos motivos: no perdí mi dinero y no paso nada o prácticamente nada. De hecho, mucha gente auguró el cierre y desaparición de la sala. Esto jamás se produjo y, no solo eso, sino que prácticamente el tráfico de Absolute no se vió mermado (e incluso subió con el tiempo).
Estas últimas semanas ha estallado un escándalo similar en una sala “hermana” de Absolute como es Ultimate Bet. Digo hermana porque ambas estaban en proceso de fusión hace más de un año y porque el problema ha sido muy similar: las cuentas de superusuario. Esta vez el implicado ha sido Russ Hamilton (todo un ganador del Main Event de 1994) o, al menos, así lo ha dictaminado la Kahnawake Gaming Commision esa extraña sociedad auditora cuyo nombre induce más a risa que a otra cosa quizás por absoluto desconocimiento.
En ambos casos, se abrió un proceso de devolución del dinero estafado (UB ya va por 6 millones de dólares devueltos) y se ha procedido a ejecutar multas bajo pena de perder su licencia como operador de juego en caso de incumplimiento.
En cualquier curso de negocio electrónico o similar se dice hasta el aburrimiento que los negocios por Internet se basan en un punto clave: la confianza. Por lo tanto, estos hechos deberían haber socavado este pilar de la confianza entre los usuarios, hasta el punto que todas las operadoras de juego deberían estar temblando por que su negocio ha sido peligrosamente expuesto.
¿Se han ido los jugadores del póquer on-line?
No sólo no se han ido sino que incluso en estas salas sigue habiendo un tráfico decente. Incluso en tiempos de esta crisis financiera global, parece que muchas salas siguen creciendo a un ritmo excelente (la gente quiere pegar el pelotazo ahora con más razón, todos buscamos un golpe de suerte ¿o no?).
Esto es digno de un estudio sociológico pero como desde póquer-red no tenemos medios para hacerlo me aventuraré a dar mis propias conclusiones:
a) La inmensa mayoría de jugadores de póquer son jugadores ocasionales. Ni leen Internet, foros, ni nada de nada. Son jugadores de límites bajos que tienen una vida determinada como jugador. Estos jugadores mantienen alto el flujo de jugadores de las salas y se renuevan con una cierta periodicidad. Ecosistema.
b) Los que nos dedicamos un poco más a esto, seguimos la lógica aplastante de “esto no me va a pasar a mi”. Al fin y al cabo jugamos en niveles medios-bajos donde no hay superusuarios (ya que los “destripadores de botes” prefieren pelar a los jugadores donde está la verdadera pasta).
c) Nos puede más jugar y a veces lo hacemos a costa de cualquier cosa. Esto no sólo es aplicable a sitios de demostrable “oscuridad” sino que aún siendo perdedores en un nivel o en plena mala racha nos negamos a dejar de jugar y reflexionar, etc. Aquí ya se dan indicios de “vicio” por ser suaves en la terminología.
d) El hombre es un animal de costumbres. Si gana, juega cómodo en la sala y piensa que el póquer es un poco inmoral de por sí, seguro que no ve mal seguir jugando si además: "es muy probable que ahora solucionen el problema y estén más atentos para que no vuelva a ocurrir".
¿Cuál es mi conclusión?
En primer lugar tengo claro que la indefensión del jugador de póquer on-line es casi total ante cualquier tipo de abuso. Entiéndase esto desde trampas directamente (unase a esto bots, collusion, duplicida de cuentas o ingeniosas estafas a jugadores de poker) hasta el extremo de que mañana entramos en nuestra cuenta de la sala X y tenemos el saldo a “0”. ¿qué podemos hacer? Quizás alguien pueda darme ideas a este respecto pero yo lo veo complicado, más cuando, en todas las Term&Conditions de las salas, aceptamos básicamente poner el culo en pompa y aguantar el envite con dignidad y lágrimas en los ojos cuando venga.
En segundo lugar, creo que la confianza en la que se basa el e-business tradicional por Internet en el tema de casinos y juegos pasa a un segundo plano. El jugador desconfiado (y hay muchos, sólo hay que leer el post semanal “las salas de póquer están trucadas”) no va a ser nunca un buen cliente de las salas on-line o directamente no será cliente jamás (perderá sus 40€ de turno y volverá a jugar NL5000 en el casino X donde bate el nivel y nadie le hace trampas ;-)).
Estas dos conclusiones me llevan a una tercera y es que necesitamos luz en esta oscuridad. No se donde estará la llave ¿asociaciones internacionales de jugadores? ¿legislación gubernamental?. En España en concreto, ambos caminos están “en pelotas”. Tenemos una asociación fantasma que me temo que no va a cumplir ningún cometido importante y un Gobierno que está pensando en gravar impositivamente el juego pero nada más.
Si vemos la botella medio vacía, el panorama está un poco negro. Si somos más optimistas el panorama sigue igual que siempre.
Lo que síi tengo claro, es que no necesito más gente que me cobre cuotas o % de mis ya escasas ganancias y mis condiciones como jugador sigan igual o peor. ¡No hay cama pa´ tanta gente!
El póquer online es un enfermo crónico que goza de una excelente salud.